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Los del tándem, gente extraordinaria

El del segundo.

Crónica desde dentro, de ese que alguna vez fue segundo, del que nadie se acuerda , salvo él,  y en ocasiones muy de vez en cuando, en alguna conversación se le escucha apostillando " ese día me acuerdo perfectamente, ese día yo hice segundo".

Tengo la sensación de que ni  Tony Martin, ni Petachi, tampoco Oscar Freire, ni tan siquiera   “II bello” Mario Cipollini, se sintieron tan felices como el pequeño David y su familia el pasado sábado en la celtíbera BORJA. David el “ahijado” de  Raúl y Javier (tanto monta monta tanto) se encontraba radiante. Su emoción y alegría era superior, estoy seguro, a  la que sintieron en su momento  cada uno de estos cuatro grandes cuando ganaron una etapa en la extinta Vuelta ciclista a Aragón con final en Borja.

David tenía a su lado a su familia, a sus vecinos, pero sobre todo tenía a sus ídolos Javier y Raúl, -los del Tándem-y a los amigos ciclistas de los del Tándem, qué también hicieron lo suyo. –que yo lo vi-  La del sábado resultó ser una auténtica fiesta  deportiva cargada de emoción y diversión,  una fiesta   que la maldita pandemia estuvo a punto de impedir pero no consiguió. Pues buenos son éstos, los del Tándem digo

Y es que los del Tándem son muy buena gente, de lo mejor que he conocido recientemente. Aunque no sea todavía muy consciente de lo que pasa, el pequeño David los adora. Sabe que le están ayudando a él y a su familia a que su enfermedad vaya más lenta

Javier y Raúl (tanto monta monta tanto) han creado algo muy bonito. Se conocieron en un evento solidario por la diabetes y pronto se vieron subidos en una bicicleta de dos plazas. Todo empezó a fluir. Permutaron sus carencias físicas, Raúl sería los ojos de Javier y Javier el “chivato” del nivel de insulina de Raúl. Un tándem perfecto para viajar y soñar

Expertos en transformar lo adverso en oportunidad crearon  “Tándem Solidario”. Un proyecto que contemplaría ayudar y favorecer la inclusión en la sociedad de personas del ámbito rural con algún tipo de discapacidad. David fue el primer niño elegido y en el que volcaron sus  acciones iniciales de sensibilización y recaudación con los que paliar los costes de alguno de sus tratamientos médicos

Pero faltaba el reto deportivo,  ese  que la pandemia aplazó y que inevitablemente ha condicionado  restando una mayor participación de amigos y simpatizantes. No importó, porque aunque no estuvieron todos el pasado sábado, todos dieron –que yo lo vi- lo mejor de sí mismos. Y no lo digo en clave competitiva sino en clave humana, la verdadera esencia de este conmovedor proyecto

 

Nunca antes –que yo sepa- una prueba ciclista había partido desde el patio interior del Ayuntamiento de Borja. Allí estaban tras la puerta de cristal corredera de salida ellos,  Raúl y Javier –y por  este orden- Sobre su tándem descendieron por una rampa improvisada acolchada de rojo. La ocasión lo merecía.   Eran las 7:00 de la mañana, todo comenzaba, 190 kilómetros esperaban bajo una amenazante lluvia. Sin temor a mojarse,  una treintena de amigos ciclistas madrugadores  y solidarios acompañarían formando  por el camino una reducida serpiente multicolor

Y en Cariñena hubo parada, además con avituallamiento y más cosas bonitas.  David ya estaba por allí porque el Alcalde le tenía preparado a sus padres un cheque. Todo por la causa. Lo mismo ocurrió con el Alcalde de Aguaron donde se ubicó una Meta Volante simbólica. Qué buena gente también

Un pistoletazo desde el coche de Jhon avisó de que había “barra libre” para los escaladores del puerto de Aguaron. Allí es donde te das cuenta de las ganas de unos y otros, o mejor dicho, de las fuerzas de unos y otros. En la cima Marco Trans, reagrupamiento y más recaudación para David. Increíble

Todo perfecto desde allí hasta Brea de Aragón. Unas leves gotas de lluvia que incluso se agradecían y unas exhibiciones a tumba abierta en las bajadas de los del Tándem que solo verlos ponían los pelos de punta fue de lo más destacado. Y por supuesto las “chacharas” habituales que te permites cuando se va más despacio

Brea, ciudad del calzado, sirvió para reponer fuerzas y también para poder apreciar el trabajo desinteresado de gente que no conoces de nada y te tratan y cuidan como si fueran de toda la vida. Hasta el perro de la expedición de cuyo nombre no me acuerdo colaboró en la diversión.  Voluntarias y voluntarios sin bicicleta pero sensibilizados a tope con la causa. Gracias y felicidades!!

Si las piernas hablaran se hubieran escuchado sus lamentos nada más retomar la ruta. Quedaban largos y duros kilómetros todavía hasta el destino final en Borja. Suerte que el sol en ese momento se habría ido a comer, o  a echar la siesta, no sé. De lo contrario intuyo,  hubiéramos pasado alguna calamidad que otra

Nuevas paradas para despedir a compañeros que acompañaron parcialmente el recorrido pero antes de ello,  una escena de las más bonitas surgió de la cuneta. En un desvío iniciando un pequeño ascenso allí estaban, gente menuda aplaudiendo el paso bajo una pancarta que resaltaba con letra infantil  “Animo, David Raul y Javi” Estas  cosas   alimentan más que una barrita energética. Gracias!!

Y ya que va de sorpresas gratas, aquí va la del Puerto de la Chabola. Los del tándem habían parado a soltar aguas menores. Cuando minutos más tarde alcanzaban la cima, un pasillo de bicicletas esperaba aplaudiendo a rabiar su paso. Era el homenaje improvisado de la serpiente multicolor. Emocionante, Javi lloró.

 

Seguro que a Petachi, Cipollini, Martin y Freire les esperaba más gente en la línea de meta de Borja cuando cada uno de ellos ganó su etapa en la Vuelta a Aragón y subió al podio.  Era lógico tratándose de un espectáculo único y mediático para la ciudad en aquella época. Pero si pudiéramos medir la intensidad en watios de emoción recogida en la humilde  llegada de la mágica expedición  de este pasado sábado a la plaza del Ayuntamiento de Borja,  sin duda ganamos

Ver al pequeño David sobre su bicicleta recibiendo y acompañando los últimos metros camino del Ayuntamiento, contemplar el abrazo apasionado de Ayla a su padre Javier al bajar de la bici o presenciar  las tiernas caricias de Raulete y Diego a su admirado Raúl, no tiene precio. Y todo lo que no tiene precio en esta vida, en mi opinión, es verdaderamente  extraordinario.

Infinitas gracias a LOS DEL TÁNDEM… por ser solidarios y ante todo, GENTE EXTRAORDINARIA

Esperando ya la próxima… Esta vez por Diego



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